dimecres, 9 de gener del 2008

Comes gana el Pla con un duro relato ambientado en la II Guerra Mundial

Lo primero que sorprende del mallorquín Melcior Comes, de verbo apasionado y rotundo, que acaba de ganar los 6.000 euros del premio Pla 2008, es el entusiasmo con el que habla de otro escritor, también isleño y con nombre de rey mago, Baltasar Porcel, al que no duda de calificar como el más grande del momento. Se podría aplicar al caso la vieja frase de «Hay un solo Dios que es Porcel y Comes es su profeta».
Lo segundo es que haya escogido como argumento para la novela ganadora, «La batalla de Walter Stamm», el asunto más esquinado de la II Guerra Mundial como es el universo concentracionario, que ha sido poco cultivado en la literatura española por figuras como Jorge Semprum o Joaquín Amat Piniella o los boletines de hermandades o amicales de supervivientes del desastre.
El joven autor tuvo un cuidadoso esmero para irse deslindando de escritores como Littell, Mailer, Junger, Kogón, Lanzmann y muchos otros que se han acercado al gran asunto del siglo XX. Tampoco faltó la socorrida frase de Adorno sobre si puede haber Arte despues de los campos de exterminio, que tanto florecieron en diversas latitudes y longitudes del XX y lo que va del XXI.
Personaje complejo El personaje central del relato ganador del Pla, Walter Stamm resulta ser muy elaborado y se convierte en testimonio a los ojos del lector de lo mucho que se ha documentado y leido el joven autor, antes de meterse en harina concentracionaria. Citó a diversos autores de libros sobre la batalla de Estalingrado, pero parece no conocer a Teodoro Plevier que elaboró un trabajo demoledor, tras interrogar a muchos supervivientes del bando vencido.
Stamm es un estudiante berlinés que va a parar a las mallas de la Gestapo por una futilidad (a ojos actuales). Lo que sigue entra dentro de la ilógica del terror: Tribunal del Pueblo, Freisler, deportación a los campos mezclado con otros parias del momento como: disidentes políticos (los comunas, en el lenguaje nazi del momento), disminuídos físicos, testigos de Jehová y pacifistas diversos, gitanos, protestantes y católicos pacifistas. El abanico fue realmente muy amplio.
La primera generación de los campos fueron disidentes alemanes de todo tipo; antes de que empezara la deportación de guerrilleros, resistentes, polacos y judíos procedentes de todos los puntosp de Europa. Los republicanos españoles, capturados mayoritariamente en Francia, son uno de los muchos ejemplos de la universalidad de esta deportación.
Comes reivindicó el que la literatura catalana pueda abordar temas universales, alejándose del folclore y el costumbrismo mediterráneo habitual.La segunda parte de la obra está dedicada a los combates en el frente del Este, hielo, terror y muerte. El personaje ve su sentencia conmutada por el enrolamiento en un batallón disciplinario que va pasando por diversas manos hasta acabar trabajando para el desescombro en Estalingrado. Debe ser la primera novela sobre ello.

Premio Nadal 2008


El Premio Nadal de novela, es un premio literario comercial (los concedidos por editoriales) que se concede desde 1944 a la mejor obra inédita elegida por Ediciones Destino (perteneciente al Grupo Planeta desde principios de los años 90). Su notoriedad radica en ser el premio literario más antiguo que se concede en España y en la categoría de los escritores que han merecido este galardón se encuentran importantes figuras de la literatura española del siglo XX. En la actualidad, su dotación es de 18.000 € para el ganador y 6.000 € para el finalista, se falla cada 6 de enero, Noche de Reyes, y desde 1958 se entrega en el hotel Ritz de Barcelona. Desde 1968 se concede también en la misma velada el Premio Josep Pla a obras en prosa en catalán sin limitaciones de género.

La primera obra merecedora de este galardón fue Nada, de Carmen Laforet, que se impuso en la última ronda a En el pueblo hay caras nuevas, de José María Álvarez Blázquez.

Tras ser adquirida Ediciones Destino por el Grupo Planeta a principios de los años 90, el Premio Nadal tomó lamentablemente un rumbo mucho más comercial, otorgándose a figuras destacadas y ya consolidades de la literatura española, y no a descubrir nuevo valores literarios, que hasta entonces había sido su principal cometido. Hoy en día, para presentarse a este premio literario comercial, hay que hacerlo a través de una agencia literaria, pues de lo contrario las posibilidades de alcanzar alguno de los dos galardones, tanto de ganador como de finalista, son nulas.

GANADOR DEL PREMIO NADAL 2008

Francisco Casavella (Barcelona, 1963), escritor español.

Pseudónimo de Francisco García Hortelano, nombre que abandona para evitar equívocos con el fallecido novelista madrileño Juan García Hortelano, Francisco Casavella inicia su trayectoria literaria a los 28 años con la novela El Triunfo (Versal, 1990, Premio Tigre Juan). A ésta le seguirán Quédate (Ediciones B, 1993), Un enano español se suicida en Las Vegas (Anagrama, 1997) y la novela juvenil El secreto de las fiestas (Anaya, 1997). Su última obra es la trilogía El día del Watusi (Mondadori, 2002), formada por "Los juegos feroces", "Viento y joyas" y "El idioma imposible", un fresco de la Barcelona, del último cuarto de siglo XX, desde el chabolismo del tardofranquismo hasta las Olimpiadas y los escándalos financieros de los 90. Fue guionista de Antártida, primera película de Manuel Huerga (1995), y en la actualidad escribe para distintos periódicos y revistas. Ha sido traducido a varios idiomas. En 2008 gana el prestigioso Premio Nadal con Lo que sé de los vampiros, una tragicomedia de corte histórico ambientada en la Europa del siglo XVIII.

Dos de sus novelas han sido llevadas a la pantalla: Volverás (Antonio Chavarrías, 2002), adaptación de Un enano español se suicida en Las Vegas, y El triunfo (Mireia Ros, 2006).

Entre las obras premiadas que han pasado a la historia de la literatura española con mayúsculas se pueden encontrar, junto con Nada (1944), de Carmen Laforet, La sombra del ciprés es alargada (1947), de Miguel Delibes, El Jarama (1955), de Rafael Sánchez Ferlosio, Entre visillos (1957), de Carmen Martín Gaite, y La soledad era esto (1990), de Juan José Millás.

Otros autores prestigiosos que se han hecho con el Premio Nadal son Elena Quiroga (en 1950), Ana María Matute (en 1959), Ramiro Pinilla (en 1960), Álvaro Cunqueiro (en 1959) y Francisco Umbral (en 1975) o, más recientemente, Fernando Arrabal (en 1982), Manuel Vicent (en 1986), Alejandro Gándara (en 1992), Gustavo Martín Garzo (en 1999), Lorenzo Silva (en 2000) y Andrés Trapiello (en 2003).